Monday, April 12, 2010
Los Capullos en RADAR
Mercedes Halfon escribe para Radar su visión del Festival Iberoamericano de Bogotá. Para leer el artículo completo aquí. Nos incluye entre las cinco obras destacadas del Festival. Gracias!
radar
Domingo, 11 de abril de 2010
TEATRO > LO MEJOR DEL FESTIVAL DE TEATRO DE BOGOTA
La ciudad de Mikey
Por Mercedes Halfon
Desde Bogota
Es raro que un programador sea el protagonista de un evento. Pero eso sucede con el Festival Iberoamericano de Bogotá. Su creadora y directora, Fanny Mikey, una actriz argentina radicada en Colombia a fines de los ’50, es el icono indiscutido de la fiesta. Fanny murió el año pasado, pero eso no cambia nada. Un muñeco de ocho metros y cuatrocientos kilos manejado por veinte titiriteros la recrea en el desfile inaugural, su cabello rojo flúo y sus piernas míticas son el logo del festival y aparecen como una estampita religiosa flameando en afiches, banderas y flyers en cada rincón de la ciudad.
Hay razones para amar a Fanny. Fue ella la que pergeñó esta fiesta gigantesca en un país castigado por la violencia, la que llevó al glamour tropical a sus puntos más altos, la que le dio a Colombia una identidad cultural teatrera y cosmopolita. Por supuesto, circulan cientos de historias sobre ella. Se dice, por ejemplo, que antes de cada nueva edición llamaba a un chamán indígena para que hiciera un ritual para que no lloviera durante esos días. Que fue capaz de llevar adelante el festival aun después de que pusieran una bomba en el Teatro Nacional, y no le tembló el pulso al hablar con el presidente de Colombia para exigirle más apoyo, y gritarle eso de que the show must go on. Que era amiga de cuanta celebridad pisaba Colombia, y que junto a ellos festejaba cada cierre del evento en Fama, su isla privada. Una mujer que se maquilló hasta casi los ochenta años tres veces al día, siempre con el mismo artesano del rouge, pero cuando la sorprendieron en esa tarea escondió a su amigo y confidente en un armario.
Con su afro rojo característico y su debilidad por la rumba, Fanny creó ese Festival Teatral hiperbólico, caluroso y colorido. El más grande de America.
A diferencia de lo que sucede con nuestro Festival Internacional de Teatro local, en Bogotá hay tantos espectáculos callejeros –en plazas, en veredas, itinerantes– como espectáculos en salas. Los espacios considerados no-teatrales no son la excepción sino casi la norma. Por eso las artes escénicas como el circo, el clown o el teatro de calle ocupan un lugar privilegiado en la programación. Así fue como se pudo ver desde una impactante versión polaca de Macbeth con motos a altas velocidades y fuego en una plaza, hasta un elenco de clowns que tomaron la forma de la omnipresente Fanny Mikey e iban paseándose por las distintas sedes del festival como clones de la actriz, sorprendiendo a incautos o simplemente posando para la foto. La mezcla de disciplinas reinante llegó a su paroxismo con el Circo Colombia, un circo tradicional con payasos y acróbatas aéreos, sólo que hecho por militares profesionales del ejército colombiano.
De las más de ochenta compañías de cuarenta países que hicieron funciones podrían escribirse libros enteros. Y como en todos los festivales: es imposible ver todo. Pero algunos de los espectáculos que se presentaron durante esos vertiginosos días produjeron la sana envidia de lo que sería bueno hacer, o por lo menos ver de nuevo en Buenos Aires.
...
¡HABEROS QUEDADO EN CASA, CAPULLOS!
Una panorámica de la ciudad en manos de un argentino
Un chico con una credencial del Festival de Teatro de Bogotá espera en una esquina con un paraguas abierto. No llueve, sin embargo la gente se acerca y espera porque sabe que algo va a pasar. Está a punto de comenzar Haberos quedado en casa, capullos, una singular pieza teatral que sucede en cuatro escenarios del barrio La Macarena, justo en el corazón de Bogotá.
Treinta y cinco espectadores realizan un recorrido por distintos interiores y exteriores. La obra se inicia con un exaltado monólogo femenino en un rincón de un parque, continúa en la barra de un bar donde otra mujer habla, dando cuenta de las bebidas existentes. Los espectadores siguen su camino hacia un edificio cercano y, desde la ventana de un apartamento en el segundo piso, son testigos de la aparición repentina de un hombre en la calle que da un discurso sobre las palizas que reciben los mendigos. En el mismo apartamento más tarde, un niño intenta leer mientras su padre le da extrañas lecciones de vida. Este último personaje es interpretado por una rara y famosa avis colombiana: Mario Duarte, un ex rockero under devenido antigalán de Betty La fea y ahora vuelto al teatro.
Los directores de la pieza son el colombiano Manuel Orjuela y el español Marc Caellas, quienes se fascinaron con el texto de Rodrigo García, un argentino radicado en Madrid. García es famoso en Europa con su compañía Carnicería Teatro, y casi desconocido en nuestro país. Algo que debe ser urgentemente corregido.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment