Ya se llame conferencia, presentación o mesa redonda, el formato basado en relatar ideas frente a un público está hoy más vivo que nunca. La explosión espectacular del número de festivales, simposios y jornadas, o su uso en el ámbito académico o corporativo, la ha convertido un acto de comunicación cotidiano. Pero el género está cambiando; las mesas redondas se están convirtiendo en un acto cada vez más performativo y teatral.
Los Críticos también lloran se plantea como una reflexión lúdica sobre el nuevo rol del escritor como figura mediática. Su presencia, debido a su obra, es ahora más importante que ésta. Extraña paradoja: el escritor, para crear, necesita de la soledad; para vender, requiere una multitud. Los autores se han convertido en performers. Y cuanta más capacidad oral y de divertimento tenga un escritor, con más frecuencia será invitado a un festival. ¿Es más importante la personalidad que la obra? El escritor, ¿hace parte de la literatura o del mundo del espectáculo?
En Los Criticos también lloran se reúnen cuatro escritores: Jordi Carrion (España), Margarita Posada (Colombia), José Tomás Angola y Leo Campos (Venezuela) en una mesa redonda. En teoría, van a debatir sobre la obra de Roberto Bolaño, en la práctica lo que van a hacer, sin moverse de la mesa, es representar un texto del autor chileno, asumiendo al papel de los críticos de la primera parte del 2666.
Dirigida por Marc Caellas, se presentó el 2 de julio de 2009 en el Centro Cultural Gabriel García Márquez, en Bogotá (Colombia) y el 10 de julio de 2009 en la Bienal de Literatura Mariano Picón-Salas, en Mérida (Venezuela).
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